Demolieron el cine Brasil, el que quedaba en las últimas cuadras de la avenida del mismo nombre. Hace mucho que estaba abandonado y cayéndose a pedacitos, pero al ver los restos de la alta pared que sostenía el ecran, no pude reprimir los recuerdos que cruzaron por mis anteojos. No era de mis cines favoritos, es más, creo que solo fui una vez. Para los que no lo saben, en los años setenta la cartelera se dividía en cines de estreno y cines de barrio, y este pertenecía a la segunda clasificación. A finales de los setenta, 78 creo, yo rodeaba los 13 ó 14 años, y con mis amigos llegamos muy tarde para ver “King Kong” (el de Laurentis y Guillermín, claro) en no recuerdo que cine, entonces nos fuimos al Brasil que tenía el “segundo turno”, también llegamos algo tarde y solo habían entradas para "el galinero" o sea la platea, que en los cines de barrio estaba en el segundo piso y era más barata. Entendimos la razón del precio y también por que le llamaban “el gallinero”, eran bancas de madera largas donde la gente entraba como sea y olía a todo lo imaginable, y así nos acomodamos, renegando. Hasta que apareció Jessica Lange y nos olvidamos de los olores, los gritos, y hasta del gorila; todo se convirtió en el paraíso. Los restos de la alta pared cayeron y para que no caiga Jessica con ella, escribí este recuerdo.
Por efecto rebote, llegaron otros recuerdos cinemeros de esos años, años antes para ser exactos, entre el 75 y 78 viví en tres distritos de Lima antes de llegar al barrio donde me quedé 10 años y donde aparecieron los amigos que recordé hace un rato. Mis viejos se mudaban de casa por estar más cerca de tal o cual familiar o amigo, y claro, el que no tenía tiempo para hacer amigos era yo. Así que aparte de leer y dibujar comics, y alucinarme un extraterrestre, otro de mis pasatiempos era buscar el cine más cercano e internarme en él todas las matinés de los domingos. Fue así como nació un gran cariño por los cines de barrio y por cualquier película que pasaran en esa matinée. Aunque suene contradictorio, iba a ojo cerrado a ver cualquier película (antes todos los domingos en matiné se pasaban películas para menores, o apta para todos. No me he dado cuenta si sigue esa costumbre) entonces me encontré con muchas películas raras que nunca más volví a encontrar, como “Fase 4 destrucción” donde la tierra llegaba a su fin invadida por hormigas, o “Recuerdos del futuro”, ese polémico y alucinante documental basado en el libro de Erich Von Däniken, donde se trata de probar que existen vestigios de visitantes extraterrestres en todas las antiguas culturas del mundo. La primera la vi en el Florida de Pueblo Libre, a este cine le decían el floripulgas, ahora es un edificio, la otra el cine Opera de Jesús María (creo que es templo), en el cine Idolo de Pueblo Libre, que ahora es un edificio de departamentos, me tope con otras películas que en esa época no entendía bien por ser un niño pero me fueron presentando un mundo que tenía problemas más graves que pelear con monstruos del espacio, como “El síndrome de China” con Jane Fonda y Jack Lemmon, o “Rescate en Entebbe” donde sí me dió miedo Idi Amín Dada. De hecho recuerdo otros desaparecidos cines de barrio donde, ya sea con la familia o con los amigos del colegio, disfuté de comedias (tontas) como toda la saga de Bud spencer y Terence Hill, o las de Pierre Richard, y películas de moda como “El hombre llamado caballo”, “Infierno en la torre”, “Tiburón” o mil veces “Grease” para aprender los pasos de baile (ya que no existía ni el betamax) y enamorarse de Olivia una y otra vez.
Cada cine de barrio que muere, ya sea convirtiéndose en templo religioso, supermercado o simplemente es demolido para convertirse en un edificio, se lleva consigo parte de mi niñez solitaria que encontró en las películas y en esas salas oscuras, una pasión que me acompañaría siempre.
10 comentarios:
... y el san felipe, y el colina, y el julieta, y el real (1 y 2) y mil etcéteras. me hiciste recordar grandes momentos, (tas bien viejo)
¿viejo? jeje
si pues, hay decenas de cines desaparecidos, recuerdo que en el Cine Real (creo que ya no existe ni el centro comercial) fui a ver ET el extraterrestre a principios de los ochenta.
Saludos Fabrizio.
¿Al parecer el cine de tu crónica sería el Broadway mas no el Brasil? En Cinencuentro están comentando al respecto
http://www.cinencuentro.com/2007/05/09/muere-el-cine-brasil/#comment-70452
Rodrigo
Hola Rodrigo.
Puede ser el Brodway, tendré que investigar
Hola Fabricio,
Gracias por darme la oportunidad de despertar
tan buenos recuerdos escondidos entre las estrias de mi cerebelo. Fue un gusto, aunque sea imaginariamente, humedecer las yemas de mis dedos para pasar aquellas paginas escritas en tinta indeleble.
Carlos Saavedra
Un abrazo fuerte amigazo, Lima ha cambiado mucho desde que te fuiste.
yo recuerdo los cines del barrio,pues todos los domingos habian sus matinales donde se presentaban varios grupos musicales y tambien podias ver alguna pelicula musical del momento
Hoy en día (fines del 2008) definitivamente cada vez son menos los viejos cinemas (mejor dicho los locales de antiguos cines limeños) que aún quedan en pie. En estos últimos años el llamado boom de la construcción se ha encargado de hacer desaparecer más de la mitad de los que quedaban. Pero increíblemente en algunos barrios limeños, a manera de burla al progreso, aún subsisten funcionando antiquísimos cinemas como el Danubio de Breña, el Omnia, el Ritz, etc. aunque ya no precisamente dando funciones familiares como en antaño. Es una lástima que estas últimas salas que quedan sólo subsistan difundiendo pornografía.
Mis cines fueron el San Felipe,Idolo, Opera, Mariátegui, Diamante, Broadway. Yo vivía en la zona de San Felipe. Recuerdo la elegancia del Roma, del Pacífico, Alcazar, la forma en herradura del Alhambra,los Real 1 y 2 que eran lo más moderno de la época aunque de formato distinto. Yo viví en San Felipe, y los recuerdos de los gandes cines en mi niñez son imborrables, los hall con los sillones viejos, las alfombras las grandes escaleras curvas hacia la mezaninne con terraza, el foyer, los baños olorosos, el olor a madera de los cines de barrio, la canchita en los módulos blancos con faroles y ollas de aluminio quemadas, las carretillas en las afueras, los cortos, los 5 minutos de intermedio, "el mundo al instante", el himno nacional en 28 de julio, las cintas y los cortes, el hobrecito en moto trayendo la continuación, el bullicio tipo estadio, etc,etc. Ojalá se conserven el Colón y el Metro como cines por siempre para volver a vivir esa sensaciones de antaño inolvidables de nosotros, de nuestros padres y abuelos.
mas alla de la nostalgia... no les parece muy simbolico que hayams cambiado como sociedad, cines de barrio,potenciales focos de cultura y educacion; por iglesias evangelicas ladronas y estupidizantes?
habria que hacer algo!
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