
Hoy brilló el sol. Fueron casi tres semanas de antipáticas lloviznas en el invierno limeño más frío de los últimos treinta años. La llovizna y el viento nos estaban convirtiendo no sé si en peces, anfibios, o batracios, lo que sea, pero muy tristes y mojados. De hecho este frío le gusta a algunas personas, entre ellas está mi hermana (y eso que es asmática), pero a mí definitivamente me hunde en el peor de los aburrimientos y depresiones. El húmedo clima me recordaba un cuento uruguayo, donde dicen que de tanto llover, a la gente le crecieron plantas en la cabeza. Dice el SENAMHI que “la humedad relativa máxima” es de 99%, no sé que diablos es eso pero suena a las profundidades submarinas. El punto es que cerca al mediodía el sol apareció suavemente y no pude reprimir a Harrison que cantaba here comes the sun, mientras yo le respondía it's alright. Aparecieron todos los colores como si llegaran a una fiesta sorpresa y me desenvolvieron la bufanda, apareció mi sombra después de tanto tiempo, quitándose el sacón, y el viento fue bienvenido. Le seguía dando la razón a Harrison cuando decía que las sonrisas volvían a los rostros como si la luz no hubiese existido durante años. Ignoré por unas horas los terribles trámites laborales y académicos, y dejé que corra la gota de sudor en lugar de la lágrima. Si este post, nada poético ni cinematográfico les parece cursi, les cuento que voy a volar mi cometa al malecón. Here comes the sun lalala ...
2 comentarios:
a Teofilo el mejor cometa lástima que no participamos en el concurso
Será para el próximo, CECILIA.
Publicar un comentario