martes, agosto 07, 2007

"Los álamos"


Esta noche a las 9pm se proyectará mi corto "Los álamos" en el 5to piso del CCPUC, dentro de Filmocortos que a la vez está dentro del 11 Festival de Cine Latinoamericano de Lima. Posteo el texto del documental. Lo escribí luego de un largo paseo con Cecilia por el que fue mi barrio de la adolescencia y juventud. El texto original lleva en paralelo pequeños monólogos románticos dirigidos a ella, personaje testigo de mis recuerdos callejeros, pero para efectos del documental, dejé solo el texto referído al barrio, ya que Cecilia sigue siendo testigo y compañera de mis pasos.

Camino por el antiguo barrio y encuentro mi niñez de visita, mi adolescencia insegura, y esa apasionada juventud primera que ya no vuelve. Ya no están los grandes espacios que respiraban la libertad que cantaba. Ahora veo mi pubertad en bicicleta atravesando paredones, casas y edificios que aparecieron de pronto en nuestras ayer polvorientas rutas.
Enrumbo hacia las avenidas y calles que se sienten viejas al reconocer mis pasos trece años luego, mientras los mismos pasos con otros zapatos, buscan las huellas perdidas. Las casas crecieron deformes, como enjauladas torres de babel, en tan actual y limeño estilo. Escudriño bajo sus capas de pintura y veo la ventana de la chica de edad mañanera y piernas largas y doradas como su melena, la calle sabe a beso secreto y complicidad eterna. Más allá los grandes ojos que miraban dormidos, nuestros gritos y canciones repiquetean con las guitarras hoy veladas en el subsuelo.
Otra calle y me abrazan sus ojos pistache mientras le regalo la orquídea, sonríe con su vestido tan blanco como sus menudas manos que toman las mías y se dejan llevar a la fiesta de promo. Continúa la avenida y no puedo creer tantos chifas, bodegas, gimnasios y cabinas de internet, en serenos hogares que fueron. Y sigo sin reconocer paredes, colores y ventanas, con rostros que a nada se parecen.

César (Vallejo) sigue allí, pero muy solo sin las guitarras, sin las botellas, sin nosotros. La parroquia creció como todo, aplastando el patio donde respiraba mi pasado misticismo que se proyectaba para cura.
A unas cuadras ... las chicas. La esquina donde la vi aquel día, sobre la bicicleta roja, halagada por el jean y esa blusa blanca que sonreía como ella. El fantasma huye hacia el fondo, donde termina el barrio, donde ellas esperan el juego, las canciones, las risas y el amor tan nervioso, cambiante; tan ajeno muchas veces a mis labios y a estas manos que soñaban tanto.
Y llego a mi calle, veo la casa, los cambios. Mi abuela ya no se asoma por la ventana. La casa es distinta, ya no es mi casa. En el barrio no hay nadie. Sé de los amigos que se fueron a otras tierras antes que yo a otros barrios, casi cuanto sé de aquellos que se quedaron. Sus vidas ya no son mías, sus brindis no se mezclan con mis risas, ni nuestras lágrimas se abrazan cantando. Ya no están los álamos, ni una hoja, ni un suspiro. La fragancia ya no es a jazmines, ni a esas flores que parecían campanas blancas, ya no hay perfume a carnaval, a navidad, a hola que tal, a nuestro ayer. Se marchó todo, dejando la ausencia seca esperando el retorno de mis pasos.
La calle me envuelve y silencia mis nostalgias, recuperándome a este día, que es un nuevo recuerdo del antiguo barrio.

2 comentarios:

BUDOKAN dijo...

En algún momento me gustaría ver este corto ya que parece ser interesante la propuesta. Espero te vaya bien en la proyección. Saludos!

Anónimo dijo...

hola. lo ví en el ccpucp, me gustó